domingo, 14 de noviembre de 2010

"Y te busco mi Dios"


En medio de la fiesta y los honores,
donde todo parecía que existía:
canción, amigos y hasta flores,
no reparé en lo que no veía.

Pero después, en la brisa de la noche oscura,
cuando ya no quedan amigos ni canción,
cuando la rosa pierde su premura,
como un mendigo, mi corazón
quiere encontrar ternura.


Y te busco mi Dios, y sin embargo,
aunque grité tu nombre,
subida en la esperaza cierta de mirarte,
con la sutil ceguera aún de tanto elogio,
no tuve la fortuna de encontrarte.

Así, asumiendo mi soledad como castigo,
como coraza que mi fe derriba,
escuché tu voz que me llegaba,
como soplo de aire que siempre va conmigo.

Y ahora que tu amor, me hizo comprender
lo que he callado,
a cada amigo y en cada fiesta,
contaré a todos, que te amo.

2 comentarios:

Irene, Umpa Lumpa & cía dijo...

No sabía que tuvieras blog!!
A partir de ahora te sigo!! =) (No puedo agregarte de "seguidor" porque no me va bien, pero tengo tu blog bien a la vista. En cuanto actualices lo sabré)

Bonito texto =)

Anónimo dijo...

Muy hermoso escrito; me sirven tus palabras para formular ciertos sentimientos de la soledad como el reclamo del Señor que pide que me abra, que le abra, para poder escuchar su silencio, su remanso, descansar en Él.

Muchas gracias y felicidades.